Una reciente controversia mediática surgió a raíz de la proyección de un video generado con Inteligencia Artificial (IA) en un evento masivo, donde se utilizaba la imagen de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, junto a la de un individuo previamente identificado en un caso de acoso en el Centro Histórico de la Ciudad de México. El video se viralizó rápidamente en redes sociales.
El material fue interpretado por diversos analistas como un intento de ridiculizar la experiencia de acoso vivida por la mandataria electa.
Al ser cuestionada sobre el incidente, la Dra. Sheinbaum Pardo desestimó el carácter del video como un ataque personal, y redirigió la atención hacia el problema social subyacente que representa la violencia de género.
Su declaración oficial se centró en la problemática de la impunidad y la necesidad de una respuesta legal: "El tema es lo de fondo: que muchas mujeres siguen viviendo acoso y abuso... Vamos a cambiar las leyes y garantizar la no impunidad, habrá una sanción."
De acuerdo con datos del INEGI (a través de la ENDIREH), se documenta que 7 de cada 10 mujeres en México han experimentado alguna forma de violencia. La baja tasa de denuncias que concluyen en una sanción efectiva subraya la necesidad de fortalecer los mecanismos legales.
El compromiso es utilizar el aparato institucional para asegurar que el acoso, en cualquiera de sus formas (callejero, laboral o digital), sea penalizado de manera efectiva.
El video de IA, si bien generó una polémica mediática, ha servido de catalizador para que la presidenta electa ponga en la agenda prioritaria la reforma de las leyes contra el acoso. La discusión se traslada ahora del ámbito viral al legislativo, con el objetivo de establecer un marco de cero tolerancia a la violencia de género en el país.
El proceso de reforma determinará el alcance y la efectividad de las nuevas normativas en la vida diaria de la ciudadanía.
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