Con esta decisión legislativa, una de las expresiones más antiguas y representativas de la identidad guanajuatense se coloca a un paso de obtener el reconocimiento oficial que por décadas han impulsado comunidades y danzantes.
El exhorto fue promovido por el diputado Ernesto Millán Soberanes, integrante del Grupo Parlamentario de MORENA, quien destacó la vigencia social y cultural de esta tradición que, desde hace más de dos siglos, ha reunido a personas de distintas generaciones en torno a una representación festiva cargada de simbolismo, humor y crítica social, surgida en el contexto de las antiguas haciendas del municipio de Silao y Romita.
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Durante el análisis legislativo, la propuesta fue evaluada a partir de su relevancia histórica, social y cultural. Para ello, se solicitó información especializada a la Secretaría de Cultura del Estado, la cual aportó investigaciones, publicaciones y estudios académicos que respaldan el profundo valor simbólico y comunitario de la Danza del Torito, así como su arraigo en la memoria colectiva del Bajío guanajuatense.
Más allá de su carácter festivo, la Danza del Torito representa una compleja alegoría sobre la vida y la muerte, el bien y el mal, así como las tensiones sociales heredadas del periodo colonial. Cada personaje cumple una función narrativa que refuerza su dimensión ritual, identitaria y comunitaria. Aunque su origen se localiza en municipios como Silao y Romita, la tradición se practica actualmente en distintos puntos del estado e incluso ha trascendido fronteras nacionales, llegando a otros países y continentes.
La comisión dictaminadora subrayó que, frente a fenómenos como la migración, la globalización cultural y el debilitamiento de las tradiciones locales, resulta indispensable que el Estado asuma un papel activo en la protección del patrimonio cultural intangible. La eventual declaratoria permitiría establecer mecanismos formales para su preservación, difusión y transmisión a las nuevas generaciones, además de alinear los esfuerzos locales con los compromisos internacionales en la materia, como los planteados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
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Con el exhorto aprobado por la Sexagésima Sexta Legislatura, el Congreso busca también saldar una deuda histórica con las comunidades que han mantenido viva esta expresión cultural por convicción y compromiso. De concretarse la declaratoria, la Danza del Torito se consolidaría no solo como un símbolo festivo, sino como un patrimonio vivo que fortalece la identidad, la cohesión social y la memoria histórica de Guanajuato, reafirmando una idea profundamente arraigada en el imaginario popular: sin Torito, no hay fiesta.
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