Mariana Valeria Ibarra Ojeda, una joven de 19 años de edad que desapareció, pero no es cualquier persona, pues era la hija de una madre buscadora en el municipio de Irapuato. Su familia perdió el contacto con ella desde el pasado 12 de noviembre, y hasta el momento no se ha podido dar con su paradero. Pero esto no es un hecho aislado. Nos hace recordar a Eva Vázquez, una buscadora mexicana de Irapuato, la activista con tres hijos asesinados y un esposo desaparecido. Básicamente, la dejaron sin familia por buscar a su familiar que se fue sin dejar rastro.
Este tema es uno de los más dolorosos para los mexicanos, pues al igual que la muerte, las desapariciones en este hermoso país no tienen distinción. Tal es el caso que hay 84 casos en sólo seis años de policías que también les tocó buscar a sus familiares. Lo triste de los buscadores es que les llegan sorpresas como a Adriana Orozco, una madre que encontró los tenis de su hijo en el Rancho Izaguirre. O qué te parece la historia de Aida Karina Juárez, una madre buscadora que fue secuestrada en Zacatecas, pero ella no duró mucho tiempo desaparecida, pues su cuerpo fue encontrado a la brevedad. Ella buscaba a su hija desaparecida en junio y apareció en San Luis Potosí.
Siendo estos, sólo pocos casos que se atreven a ser mediáticos que reflejan la realidad que vivimos los mexicanos, la realidad que golpea con números que un día fueron hijos, padres, madres, amigos, y de un momento a otro se esfumaron.
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