Nuestros queridos representantes del pueblo —sí, esos que dicen vivir en austeridad— se acaban de dar un cariñito digno de telenovela: un aumento de sueldo, aguinaldo reforzado, seguro de vida nuevo y hasta un “apoyo compensatorio” por pagar impuestos.
Sí, lo escuchó bien: ¡los legisladores se compensan por pagar impuestos!
Porque claro, uno aquí pagando IVA hasta por las tortillas, y ellos tristes porque el SAT también les cobra. Pobrecitos, ¿no?
Según el Proyecto del Paquete Económico 2026, los diputados federales pasarán a ganar más de un millón 300 mil pesos al año, casi 114 mil pesos más que en 2025. Su “dieta mensual” —así se llama oficialmente su salario, aunque parece banquete— quedará en 108 mil 935 pesos.
Y no vienen solos en la fiesta: en el Senado también se sirvieron con la cuchara grande. Además del aumento, tendrán más de 7 mil pesos extra en aguinaldo, un seguro de vida institucional de 60 mil pesos, y —agárrese— un “apoyo compensatorio” de 67 mil 785 pesos para “nivelar” el pago del ISR.
O sea, el resto del país lo paga, ellos lo recuperan.
¡Qué bonita justicia fiscal, no!
Esto ocurre en el mismo país donde la palabra “No hay” se usa más que “buenos días”, y donde millones sobreviven con salarios que ni en sueños se acercan a eso.
Pero claro, los diputados y senadores dirán que “es solo el ajuste inflacionario”.
Ajá… inflacionario para ellos, depresionario para el pueblo.
Y ahí no acaba: este aumento llega justo cuando el gobierno proyecta mayor endeudamiento público, recortes presupuestales y mayores impuestos para los próximos años. Pero tranquilo, compadre: el Congreso no va a sufrir… al contrario, ¡va a cobrar por sufrir!
Mientras la mayoría de los mexicanos se parte el lomo por un salario mínimo que no alcanza ni para llenar el tanque de gas, nuestros “representantes” se siguen autorregalando aumentos, bonos y compensaciones que ni piden ni consultan.
Así que, si te da coraje, úsalo bien: tu voz cuenta, tu indignación vale.
Y si no puedes salir a marchar, comparte esta noticia desde la comodidad de tu casa.
Porque tal vez, si el pueblo empieza a gritar al unísono, los que se “compensan” por pagar impuestos empiecen —por fin— a compensar al pueblo que los mantiene.
Y tú, ¿crees que un político debería ganar más que un médico, un maestro o un obrero?
Piénsalo, comadre… porque si el pueblo no se despierta, otros seguirán dormidos… ¡pero en colchones de billetes!
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