El asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, ocurrido durante las celebraciones del Día de Muertos, desató una ola de indignación en Michoacán. En apenas 48 horas, la tragedia derivó en protestas masivas, paros escolares y una investigación que apunta a la posible intervención del crimen organizado en el atentado.
Un ataque en plena celebración
El sábado 1 de noviembre de 2025, en el marco del tradicional Festival de las Velas, Carlos Manzo Rodríguez, de 45 años y militante del Partido Acción Nacional (PAN), fue atacado a balazos alrededor de las 20:00 horas en plena Plaza Morelos, mientras encabezaba la ceremonia de encendido de velas.
Testigos relataron que un sicario, de entre 17 y 19 años, se mezcló entre la multitud antes de abrir fuego. Los peritajes iniciales confirman al menos siete impactos de bala.
A pesar de la rápida reacción de su escolta, integrada por elementos de la Guardia Nacional, el edil fue trasladado con heridas graves al Hospital General de Uruapan, donde falleció minutos después por lesiones en el tórax y abdomen.
El atacante fue abatido en el sitio durante el intercambio de disparos. Según los peritajes toxicológicos, había consumido metanfetaminas y marihuana antes del atentado, lo que sugiere que actuó bajo los efectos de las drogas.
Su cuerpo permanece sin identificar en el Servicio Médico Forense. La Fiscalía General del Estado (FGE) habilitó la línea 800-123-40-20 para recibir información sobre su identidad o posibles cómplices.
Un alcalde bajo amenaza
Carlos Manzo, quien asumió el cargo en octubre de 2024, había ganado notoriedad por su postura frontal contra la delincuencia organizada. En semanas recientes denunció amenazas y extorsiones a productores de aguacate, sector clave de la economía uruapense y blanco constante del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y La Familia Michoacana.
En entrevistas públicas, había solicitado mayor respaldo federal en seguridad y manifestado su interés en contender por la gubernatura de Michoacán. Su asesinato se suma a una trágica lista: siete alcaldes ejecutados en el estado en los últimos cuatro años, entre ellos Yolanda Sánchez en Tepalcatepec y Martha Mendoza en otra región.
La investigación: fallas y posibles filtraciones
La FGE de Michoacán, con apoyo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) federal, reconstruyó los hechos y detectó fallos en el operativo de seguridad.
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El atacante ingresó sin pasar por los filtros de revisión, pese a que 20 elementos de la Guardia Nacional resguardaban al alcalde.
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El arma utilizada fue un fusil de alto poder, presuntamente robado o suministrado por redes criminales.
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Aunque el secretario Omar García Harfuch descartó colusión de agentes locales o federales, se investiga una posible filtración en la logística del evento.
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Videos de vigilancia muestran al joven merodeando durante horas, lo que refuerza la hipótesis de una planeación previa y el posible reclutamiento de menores por parte del crimen organizado, práctica común en la región.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo condenó el crimen el 2 de noviembre a través de X (antes Twitter), expresando condolencias y prometiendo que “no habrá impunidad”. En su conferencia del 3 de noviembre, anunció el refuerzo de operativos federales en Uruapan y municipios aledaños.
Por su parte, la gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, también lamentó el hecho y señaló “la urgencia de atender la violencia que golpea al centro-occidente del país”.
Hasta el cierre de esta nota, no se han registrado detenciones adicionales, pero la FGE ha recabado más de 50 testimonios y analiza la geolocalización de celulares en el área.
Indignación en las calles: marchas, protestas y paros
El asesinato de Manzo encendió el hartazgo social en Michoacán. Las movilizaciones comenzaron como actos pacíficos, pero en cuestión de horas derivaron en disturbios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Marcha en Morelia (2 de noviembre)
Cerca de 500 personas, principalmente jóvenes y ciudadanos de Uruapan y Morelia, marcharon desde la Plaza Morelos hasta la Catedral de Morelia para exigir justicia y el fin de la violencia.
Con pancartas que decían “Carlos no murió, el gobierno lo mató” y “No más sangre en Michoacán”, el contingente irrumpió en el Palacio de Gobierno estatal, donde se reportaron daños, incendios menores y 15 detenciones.
Los disturbios dejaron pérdidas por varios millones de pesos. Videos difundidos en redes sociales mostraron el caos y los gritos contra el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
Protestas y paros escolares en Uruapan (3 de noviembre)
Este lunes, 2,000 estudiantes de escuelas públicas y privadas en Uruapan declararon un paro indefinido, exigiendo seguridad y justicia.
La movilización encabezada por alumnos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), bloqueó avenidas principales y se replicó en municipios vecinos como Paracho, San Juan Parangaricutiro y Tancítaro.
Por precaución, las autoridades suspendieron clases en todos los planteles de Uruapan. Hasta la tarde, no se reportaban heridos, pero la Guardia Nacional reforzó su presencia en la zona.
Una herida abierta en Michoacán
El crimen de Carlos Manzo refleja la vulnerabilidad de los gobiernos locales frente al avance del crimen organizado. En lo que va de 2025, Michoacán acumula más de 1,200 homicidios, muchos ligados a la disputa por el control del “oro verde” el aguacate.
Organizaciones civiles y productores llaman a una movilización estatal este fin de semana, mientras los exportadores amenazan con paralizar envíos si no hay resultados concretos.
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