¿Imaginas ir por tu medicamento sin pasar horas en la sala de espera? Esa es la promesa detrás de las recién inauguradas Farmacias del Bienestar, un nuevo programa del gobierno federal que busca acercar medicamentos gratuitos a quienes más los necesitan.
Este martes 2 de diciembre, autoridades federales pusieron en marcha la primera etapa del programa con 500 módulos instalados en unidades del IMSS, IMSS-Bienestar y en las Tiendas del Bienestar del Estado de México.
Por ahora, la cobertura aplica principalmente para personas adultas mayores, personas con discapacidad y pacientes con enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión.
Los módulos iniciarán ofreciendo 22 medicamentos esenciales, un paquete que, según el gobierno, cubre el 80% de los tratamientos más comunes requeridos por su población objetivo.
El servicio se conectará con el programa Salud Casa por Casa, que atiende a pacientes en sus hogares y expide recetas que podrán surtirse directamente en estos módulos, sin trámites adicionales.
La mecánica es simple: presentar una receta y recoger el tratamiento. Sin cita. Sin fichas. Sin filas interminables. La intención es eliminar barreras que hoy impiden la continuidad médica, como la falta de transporte o los desabastos.
En México, enfermarse no solo afecta la salud: también golpea el bolsillo. Para muchas familias —especialmente con adultos mayores—, surtir una receta puede implicar gastar más en transporte y tiempo que en el medicamento mismo.
El programa busca aliviar esa carga económica, garantizar tratamientos constantes y ofrecer un modelo de atención más digno para quienes dependen de medicamentos todos los días.
Aunque el arranque se dio en Edomex, la presidenta Claudia Sheinbaum adelantó que el objetivo es extender estas farmacias a las 32 entidades hacia marzo de 2026.
Esto significa que estados como Guanajuato deberán esperar unos meses más para acceder a este beneficio, conforme avance la expansión del programa.
Si el plan cumple sus metas, podría cambiar la rutina de millones de personas que hoy viven entre recetas y desabastos.
Por ahora, el resto del país observa y espera.
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